El
poeta, erudito y arquitecto Nezahualcóyotl Acolmiztli, pasó a la historia nacional como el señor de
la ciudad de Texcoco y como autor de diversas composiciones poéticas.
En sus
textos el monarca expone referencias históricas y elementos autobiográficos que
hablan de su trayectoria como guerrero y del carácter transitorio de lo
mundano.
De
acuerdo con su biografía publicada en el portal de Internet
“biografiasyvidas.com”, a temprana edad, Nezahualcóyotl Acolmiztli, hijo del
sexto señor de los chichimecas hizo frente a la invasión tepaneca, encabezada
por Tezozómoc, cuya intención era asesinar a su padre y a toda su familia para
apoderarse del trono.
No
obstante, el heredero y su progenitor tuvieron que huir y mantenerse ocultos
hasta conseguir la ayuda de otros pueblos, debido a la superioridad de los
atacantes.
Al no
poder resguardarse más, Ixtlilxóchitl ordenó a su hijo que se adentrara en el
bosque, mientras que él y unos pocos hombres leales trataban de detener el
avance de sus enemigos.
Se cree
que el joven Nezahualcóyotl se ocultó en la cima de un árbol y presenció el
último combate y muerte de su padre, situación que le llevó a vagar durante un
largo tiempo por la selva.
Tiempo
después encontró protección con la familia de su madre en Tenochtitlan y
aprendió de guerra y política de expansión territorial.
A partir
de esto, el guerrero comenzó a tejer una vasta red de alianzas políticas y
militares, que incluyó la reconquista del reino de Texcoco, en 1429, aunque
cedió su anterior posición dominante en el lago en favor de Tenochtitlán,
ciudad que se convirtió en estado independiente.
Tras
recuperar el trono, el poeta demostró toda su sapiencia en el campo de las
ciencias, las artes y la literatura, así como su valentía y sabiduría para
gobernar a su pueblo.
Además,
emprendió una magna obra constructiva en Texcoco, donde edificó diversos
palacios, monumentos, acueductos, y jardines, entre los que destaca un palacio
que tenía baños tallados en la roca.
El
acueducto en el Bosque de Chapultepec para abastecer de agua potable a
Tenochtitlán, es también otra de las construcciones que se realizaron durante
su mandato.
Al igual
que un dique de piedra y madera que sirvió como defensa contra las inundaciones
y que impedía que se mezclara el agua salada con el agua dulce del gran lago.
Asimismo,
el guerrero fue el encargado de diseñar y construir un zoológico y un jardín
botánico.
Su
amplia formación intelectual se traducía en una elevada sensibilidad estética y
en un gran amor por la naturaleza, que plasmó no sólo en la arquitectura de la
ciudad, sino también en sus manifestaciones poéticas y filosóficas.
Fue
alumno del gran filósofo azteca Huitzilihuitzin y escribió discursos y poemas
que lo hicieron famoso no sólo en esa época, sino también en la era moderna.
Al morir
Nezahualcóyotl, en 1472, la ciudad quedó en manos de su hijo Nezahualpilli,
quien dio continuidad a la política expansiva emprendida por su antecesor.
(Notimex)
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